Galeria del Misterio
sábado, 29 de marzo de 2014
Abduciones y Contactos Extraterrestres
A lo largo de la historia existen infinidad de casos de personas que han sido secuestradas por alienígenas, relatos que narran como fueron abducidos y examinados dentro de sus OVNIS y posteriormente devueltos sanos y salvos al mismo lugar en el que fueron capturados. Normalmente la memoria de esos momentos queda bloqueada, el abducido es incapaz de recordar nada de lo ocurrido, sienten como un espacio perdido, un vacio o lapso de tiempo del cual no tienen recuerdos.
Sin embargo con el tiempo algunas de esas personas ya sea por metodos naturales o por regresiones hipnóticas pueden llegar a recordar las experiencias vividas mientras fueron examinados e incluso dar detalles del interior del OVNI y descripciones de los alienigenas que les examinaban.
Una de las constantes marcadas dentro del fenómeno de las abducciones es el hecho de que las personas que viven uno de estos episodios sólo los recuerdan fragmentariamente, como si o bien los secuestradores presuntamente extraterrestres les hubieran borrado la memoria consciente del hecho, o como si –más razonable aún– el propio cerebro del testigo ante el trauma que supone una experiencia de este tipo, hubiera decidido «olvidar» esos angustiosos momentos y alejarlos –a modo de mecanismo de protección– de la consciencia del abducido.
La comunicación con los seres extraterrestres, suele ser en la mayoría de los casos telepático, según relatan posteriormente las personas que han tenido el contacto.
Las abducciones suelen producirse por la noche. En muchas ocasiones el secuestrado va conduciendo tranquilamente su coche por alguna carretera comarcal cuando de repente este parece detenerse, toda comunicación parece imposible puesto que aparatos de radio y telefonía se apagan y no reciben señal alguna. Tras ver una luz potentísima, el abducido ve cómo se acercan al automóvil unos seres pequeños y macrocéfalos que, tras anular su voluntad, lo llevan a bordo de una nave. Por norma general las descripciones que dan los “abducidos” suelen tener muchos puntos en común, el retrato robot del tipo de entidades más frecuentemente reportadas en los sucesos es de apariencia humanoide, con una estatura media de 1,20 metros, cabeza desproporcionadamente voluminosa, ojos muy grandes y prolongados lateralmente, piel grisácea, boca y nariz apenas esbozadas y brazos muy largos.
sábado, 22 de marzo de 2014
Psicofonia de Germán de Argumosa (2011)
Psicofonia de Germán de Argumosa ( 2011 )
Unos minutos de esa terrible grabación que nunca ha visto la luz.
Las psicofonías o fenómenos de voces electrónicas son sonidos de origen electrónico que quedan registrados en grabadoras de audio y son interpretados como voces de los muertos por los investigadores de lo paranormal. La psicofonía más larga y aterradora de la historia fue sin duda captada por Germán de Argumosa, y por cierto, censurada en algunos programas.
La historia de las psicofonías se remonta a 1959, cuando Friedich Jurgenson, un productor de cine y cantante de opera, estaba de vacaciones e intentó grabar en un magnetófono el canto del pájaro para realizar un documental.
Se fue a un bosque y espero en silencio mientras el sonido de los pájaros se grababa en el aparato. Cuando llego a casa y escuchó la grabación, comprobó que en la grabación aparentemente alguien imitaba el trinar de los pájaros, estropeando la toma, para después escuchar la voz de alguien hablando en noruego, haciendo comentarios sobre el trinar del pájaro. Borró la grabación, pensando que alguien se había acercado donde él estaba, sin que Jürgenson se diera cuenta, y al día siguiente repitió la operación de grabado, en la misma zona, poniendo cuidado de que nadie anduviera alrededor del magnetófono, y de nuevo, al reproducir la grabación, junto al canto del pinzón, una nueva voz se escuchaba perfectamente, pero en esta ocasión creyó reconocer la voz de su madre, fallecida, diciéndole algo que sólo ellos conocían: el nombre cariñoso y familiar con que su madre le llamaba. Según Jürgenson, en la grabación se escuchaba algo así: Friedel… mi pequeño Friedel… ¿Puedes oírme?.
Aquella fue la primera psicofonía oficial de la historia.
Luego a lo largo de los años han ido apareciendo de manera accidental o buscada, miles de grabaciones atribuidas supuestamente a voces de difuntos que tratan de enviar un mensaje o simplemente manifestarse, y algunas de ellas, independientemente de su veracidad, logran ponernos los pelos de punta, aunque según los expertos, la psicofonía más larga y aterradora de la historia, hasta tal punto que no solo algunos programas decidieron censurarla, sino que Germán de Argumosa, el parapsicólogo que la grabo, no se la dejaba escuchar a casi nadie porque podía herir la sensibilidad de quien la escuchaba e incluso temía que la impresión de escucharla fuera mortal si alguien tenía el corazón débil o era impresionable.
De los 10 minutos que dura, solo permitía escuchar los primeros, por ser los “más suaves”, y solo a unos pocos allegados expertos en esoterismo les dejo escuchar la grabación completa. Pero sus temores eran ciertos, y aún siendo gente que había escuchado cientos de psicofonías, algunos de ellos tuvieron después que pedir ayuda psicológica y los menos impresionables pasaron varias noches sin dormir obsesionados por lo que acababan de escuchar.
Pero antes de contar la historia de esta terrorífica grabación, repasemos por encima la vida de Germán de Argumosa, uno de los mejores parapsicólogos de la historia y fallecido hace unos meses a los 87 años a causa de una enfermedad respiratoria.
Nacido en Torrelavega (Cantabria) en 1921, en una familia notable de médicos y juristas. Se alistó como voluntario en la guerra civil en el bando nacional con 15 años. Pero el devenir de los acontecimientos le hizo enfrentarse a Franco y fue incluso condenado a muerte, pero con la muerte de Franco salió en libertad.
Dedicado de pleno al estudio y sin descartar ningún campo, dio múltiples conferencias sobre Parapsicología, Hipnosis, Filosofía y Teología; alentó y presidió los primeros congresos nacionales e internacionales de Parapsicología realizados en España; desarrolló una larga trayectoria como conferenciante sobre diversos temas científicos y artísticos; fue entrevistado por televisiones de todo el mundo para divulgar sus conocimientos y colaboró habitualmente en programas radiofónicos. Pero fue sobre todo a partir de 1971 y gracias a las famosas “caras de Belmez”, a las que declaró como autenticas teleplástias, donde su fama creció por todo el mundo.
Sus investigaciones fueron galardonadas con multitud de premios, entre ellos el Premio de la Sociedad suiza de Parapsicología en 1977, donde Germán declaró, que los hechos paranormales no pueden ser ignorados cuando se persigue una completa interpretación del mundo y del hombre.
En una de esas reuniones de grandes intelectuales, que se celebró en una casa de un famoso artista cuyo nombre no fue desvelado por Argumosa, a las afuera de Madrid, éste retó al profesor a obtener en su casa una psicofonía, y Argumosa dejó una grabadora en el sótano y se fueron de allí.
A los 10 minutos volvieron para recoger la grabadora y cuando la pusieron en funcionamiento, el terror se apoderó de ellos.
Ruidos espeluznantes, chillidos, campanas, una voz terrible que agonizante decía: “agua, agua, …me ahogo “ y de repente una voz de mujer que parecía salida del mismísimo infierno gritó:
¡Ya te tengo Juan, te mataré! ¡Te matareeeee!.
Escuchando esa grabación había un Juan, un embajador que a los pocos días murió…ahogado!.
En ella también se escuchan mas nombres de los presentes.
Después de esto, la cinta fue analizada por muchos profesionales de lo paranormal, y todos afirman que es la grabación más escalofriante y realista escuchada jamás.
Argumosa, ni siquiera dejó escuchar la grabación completa a Iker Jimenez en el programa acerca de lo paranormal, “4º Milenio”, de donde procede uno de los videos que ilustran el post.
Se fue a un bosque y espero en silencio mientras el sonido de los pájaros se grababa en el aparato. Cuando llego a casa y escuchó la grabación, comprobó que en la grabación aparentemente alguien imitaba el trinar de los pájaros, estropeando la toma, para después escuchar la voz de alguien hablando en noruego, haciendo comentarios sobre el trinar del pájaro. Borró la grabación, pensando que alguien se había acercado donde él estaba, sin que Jürgenson se diera cuenta, y al día siguiente repitió la operación de grabado, en la misma zona, poniendo cuidado de que nadie anduviera alrededor del magnetófono, y de nuevo, al reproducir la grabación, junto al canto del pinzón, una nueva voz se escuchaba perfectamente, pero en esta ocasión creyó reconocer la voz de su madre, fallecida, diciéndole algo que sólo ellos conocían: el nombre cariñoso y familiar con que su madre le llamaba. Según Jürgenson, en la grabación se escuchaba algo así: Friedel… mi pequeño Friedel… ¿Puedes oírme?.
Aquella fue la primera psicofonía oficial de la historia.
Luego a lo largo de los años han ido apareciendo de manera accidental o buscada, miles de grabaciones atribuidas supuestamente a voces de difuntos que tratan de enviar un mensaje o simplemente manifestarse, y algunas de ellas, independientemente de su veracidad, logran ponernos los pelos de punta, aunque según los expertos, la psicofonía más larga y aterradora de la historia, hasta tal punto que no solo algunos programas decidieron censurarla, sino que Germán de Argumosa, el parapsicólogo que la grabo, no se la dejaba escuchar a casi nadie porque podía herir la sensibilidad de quien la escuchaba e incluso temía que la impresión de escucharla fuera mortal si alguien tenía el corazón débil o era impresionable.
De los 10 minutos que dura, solo permitía escuchar los primeros, por ser los “más suaves”, y solo a unos pocos allegados expertos en esoterismo les dejo escuchar la grabación completa. Pero sus temores eran ciertos, y aún siendo gente que había escuchado cientos de psicofonías, algunos de ellos tuvieron después que pedir ayuda psicológica y los menos impresionables pasaron varias noches sin dormir obsesionados por lo que acababan de escuchar.
Pero antes de contar la historia de esta terrorífica grabación, repasemos por encima la vida de Germán de Argumosa, uno de los mejores parapsicólogos de la historia y fallecido hace unos meses a los 87 años a causa de una enfermedad respiratoria.
Nacido en Torrelavega (Cantabria) en 1921, en una familia notable de médicos y juristas. Se alistó como voluntario en la guerra civil en el bando nacional con 15 años. Pero el devenir de los acontecimientos le hizo enfrentarse a Franco y fue incluso condenado a muerte, pero con la muerte de Franco salió en libertad.
Dedicado de pleno al estudio y sin descartar ningún campo, dio múltiples conferencias sobre Parapsicología, Hipnosis, Filosofía y Teología; alentó y presidió los primeros congresos nacionales e internacionales de Parapsicología realizados en España; desarrolló una larga trayectoria como conferenciante sobre diversos temas científicos y artísticos; fue entrevistado por televisiones de todo el mundo para divulgar sus conocimientos y colaboró habitualmente en programas radiofónicos. Pero fue sobre todo a partir de 1971 y gracias a las famosas “caras de Belmez”, a las que declaró como autenticas teleplástias, donde su fama creció por todo el mundo.
Sus investigaciones fueron galardonadas con multitud de premios, entre ellos el Premio de la Sociedad suiza de Parapsicología en 1977, donde Germán declaró, que los hechos paranormales no pueden ser ignorados cuando se persigue una completa interpretación del mundo y del hombre.
En una de esas reuniones de grandes intelectuales, que se celebró en una casa de un famoso artista cuyo nombre no fue desvelado por Argumosa, a las afuera de Madrid, éste retó al profesor a obtener en su casa una psicofonía, y Argumosa dejó una grabadora en el sótano y se fueron de allí.
A los 10 minutos volvieron para recoger la grabadora y cuando la pusieron en funcionamiento, el terror se apoderó de ellos.
Ruidos espeluznantes, chillidos, campanas, una voz terrible que agonizante decía: “agua, agua, …me ahogo “ y de repente una voz de mujer que parecía salida del mismísimo infierno gritó:
¡Ya te tengo Juan, te mataré! ¡Te matareeeee!.
Escuchando esa grabación había un Juan, un embajador que a los pocos días murió…ahogado!.
En ella también se escuchan mas nombres de los presentes.
Después de esto, la cinta fue analizada por muchos profesionales de lo paranormal, y todos afirman que es la grabación más escalofriante y realista escuchada jamás.
Argumosa, ni siquiera dejó escuchar la grabación completa a Iker Jimenez en el programa acerca de lo paranormal, “4º Milenio”, de donde procede uno de los videos que ilustran el post.
El Caso de Kecksburg ( 1965 )
El caso de Kecksburg
En la noche del 9 de diciembre de 1965, los habitantes del pequeño poblado Kecksburg, en el estado de Pensilvania, Estados Unidos, vieron una bola de fuego volar en el cielo. Luego el ovni se estrelló en un pequeño bosque cercano. Según los testigos, el objeto desconocido parecía a un fruto de roble. Las fuerzas estadounidenses bloquearon Kecksburg enseguida y se llevaron el objeto. Esto despertó las suposiciones: ¿sería una piedra meteórica? ¿Sería un avión que fabricaba Estados Unidos en secreto? ¿Sería una sonda espacial artificial? ¿Sería una nave extraterrestre?
http://www.youtube.com/watch?v=OhYxIB7ByF0
viernes, 21 de marzo de 2014
OVNI en Pedrosa del Rey ( Valladolid )
El OVNI de Pedrosa del Rey
La víctima: Emiliano Velasco Báez
Lugar: San Román de la Hornija
Desarrollo del caso:
Emiliano cambió profundamente luego del incidente del que fue testigo directo aquella tarde del 16 de julio de 1975.
Había perdido peso y apetito, cosa extraña en un agricultor como Emiliano, hombre robusto y hecho a las 10 y hasta las 12 horas de trabajo en el campo. Su oído izquierdo había experimentado una sensible disminución de la capacidad auditiva.
Este hombre terminó enfermando severamente luego de aquel encuentro con lo desconocido, incluso necesitaba inyectarse frecuentemente.
San Ramón de la Hornija es una serena villa de varios cientos de castellanos nobles y hospitalarios. Se localiza a poco más de 50 kilómetros de Valladolid.
Los hechos, según el relato realizado por el agricultor, tuvieron lugar en la parcela número 21 de la finca propiedad de Ángeles de la Peña, viuda de Gómez Olea. Dicha finca tiene entre 6.000 y 7.000 fanegas y se encuentra en el término de Pedrosa del Rey, a escasos kilómetros de la casa de Emiliano.
El terreno es muy aislado. Al lugar se accede abandonando la carretera general Valladolid-Toro, luego hay que adentrarse por un sendero que serpentea entre la interminable planicie vallisoletana, salpicada tan sólo aquí y allá por familias enteras de perdices.
En realidad nadie podía ver desde la citada carretera general el tractor que manejaba Emiliano en mitad de la parcela número 21. Estaba absolutamente solo.
El Testimonio íntegro:
?Serían las siete de la tarde. Yo me encontraba todavía arando con el tractor. Iba, como es lógico, pendiente de los surcos, cuando escuché algo muy raro, distinto al que hace normalmente el tractor. Por un momento pensé que se había averiado y me preocupé.
-Quizá sea una tubería rota, pensé.
Pero aquel sonido era como un ?zumbido?, un moscardoneo muy intenso.
Seguí arando por lo que entonces consideré un cambio en el ruido del motor del John Deere?.
Aquella preocupación fue muy lógica. Emiliano debía responder ante los propietarios de la finca del material empleado en las faenas diarias.
?Y en ese pensamiento estaba cuando, casi ya a punto de llegar al borde de la parcela y detener el tractor para averiguar qué sucedía, me encontré de cara con aquel aparato.
Estaba a unos 20 metros y parecía flotar a unos 50 ó 70 centímetros del suelo.
Daba la sensación de que quería subir y la tierra lo atraía y luego empezó a dar vueltas en torno al tractor.
No había pasado ni un minuto y el objeto aquel había dado ya una vuelta completa alrededor mío. No sabía qué hacer. Estaba solo.
Seguí hasta el final de la pieza y di la vuelta, a fin de completar el siguiente surco, pero aquello seguía dando vueltas a mí alrededor y siempre con aquel zumbido, que llegó a apagar el ruido del tractor.
El aparato había empezado a acercarse. Quizás en aquella segunda vuelta llegó a estar a unos 10 metros.
Yo no tenía miedo, pero empecé a sentir un poco de recelo de aquel objeto.
Era como un bote de conservas, como un cilindro con un sombrero inclinado en la parte de arriba y un soporte en forma de ?V? por debajo. En mitad del cilindro vi también una especie de cincho que rodeaba todo el aparato. Tenía dos ventanillas, una de ellas era como una puerta. Parecían ligeramente hundidas en la pared del cilindro?.
Era fácil para Emiliano detallar así la forma del objeto. Lo tuvo casi media hora junto a su tractor.
?Yo noté que el tractor empezaba a perder potencia. No andaba bien a pesar de mis esfuerzos, iba a paso de tortuga.
Ese objeto, al dar una de las vueltas alrededor del tractor, y cuando se encontraba precisamente frente a mí, despidió una luz clara y muy fuerte que me cegó.
Este aparato tendría unos 2 metros y medio o tres de altura, por otros 2 y medio de ancho.
Después de aquel primer fogonazo solo tenía ganas de llegar al final de la parcela para levantar los arados y salir pitando hacia mi casa. No podía dejar el tractor y huir, las cuchillas en este terreno pedregoso se habrían averiado.
Cuando me faltaban unos metros para alcanzar el final de la parcela el objeto volvió a deslumbrarme, esta vez lo hizo por la parte de atrás. Fue entonces cuando escuché un silbido y el cristal izquierdo quedó perforado.
Al ver la rotura del cristal el miedo me dominó, levanté los arados y aceleré, saliendo al sendero. Al verme de nuevo en el camino y observar que el tractor recuperaba su potencia, lo puse a todo gas. En realidad huía como un loco y no paré hasta que llegué a la finca. Ni siquiera me volví a mirar. Yo corría, dando tumbos y tratando de poner tierra por medio?.
Emiliano llegó al caserío, situado en Villaester de Abajo, al pié de la carretera general, blanco como la pared. Demudado. Muy nervioso.
Emiliano, según quienes lo conocen, se destaca por su honradez, razón por la cual no dudan de su experiencia.
El hecho fue puesto en conocimiento de la Guardia Civil, y al día siguiente, algo más calmado ya, Emiliano acompañó hasta la parcela número 21 a un teniente y a un cabo del puesto de La Mota del Marqués, que procedieron a los análisis pertinentes. Allí mismo los miembros de la benemérita examinaron el cristal que había sido perforado y que todavía se encontraba en el lugar. El cristal presentaba un orificio de unos cinco milímetros de diámetro, y prácticamente, sin las típicas fisuras radiales que aparecen siempre que se agujerea un cristal. ¿Qué había podido provocar aquel diminuto y casi limpio orificio?
Los restos del hipotético proyectil fueron buscados por la Guardia Civil en el lugar de los hechos, pero los resultados fueron negativos. Allí mismo se procedió a desmontar el cristal, a fin de llevar a cabo las comprobaciones precisas.
A juzgar por el primer análisis realizado sobre el cristal, el cuerpo, rayo o elemento que produjo la perforación tuvo que penetrar por la parte trasera de la cabina del tractor, justo por debajo del brazo izquierdo de Emiliano, que en ese instante conducía con el brazo apoyado sobre el guardabarros. El hueco que quedaba entre el cuerpo del agricultor y la pared del tractor, por debajo del brazo, era muy reducido, exigiéndose por lo tanto una gran precisión en el supuesto disparo.
Días después del incidente el grupo Charles Fort de Valladolid, uno de los pocos centros serios dedicados al estudio ovni en España, llevó a cabo un experimento sumamente interesante.
Los miembros del grupo ufológico deseaban averiguar, en la medida de lo posible, si el orificio que había aparecido en el cristal de la rueda delantera del tractor de Emiliano Velasco, en la llamada parcela número 21, podía tener su origen en un proyectil humano.
Y con la colaboración del padre Antonio Felices, uno de los más expertos tiradores del país y gran investigador del fenómeno ovni, el grupo se concentró en uno de los pequeños bosquecillos próximos al convento de Arcas Reales, en las cercanías de Valladolid. Allí Felices colocó un cristal de idénticas características al que había sido dañado por el ovni. Preparó su rifle con balas calibre 22, uno de los proyectiles tipo estándar más pequeños que existen en el mundo. En presencia del grupo realizó dos disparos, uno con bala normal y el otro con bala explosiva.
En el primer caso el cristal resultó perforado de forma limpia, impecable. Felices, situado a una distancia aproximada a la que podía encontrarse el objeto cuando llevó a efecto el disparo sobre el tractor, hizo un blanco perfecto. Las medidas de dicho orificio eran tres veces más grandes que las que presentaba el cristal original. Incluso, y por efecto del impacto, el proyectil disparado por Antonio Felices había provocado en el cristal las clásicas resquebrajaduras y astillas. Este hecho en cambio, y según los testigos, no había ocurrido con el cristal de la rueda delantera izquierda del tractor.
El segundo disparo, con bala explosiva, pulverizó materialmente el nuevo cristal.
Algo resultaba claro: El disparo sobre el cristal del tractor no había sido hecho con un proyectil humano. Al menos, con balas conocidas?
jueves, 20 de marzo de 2014
El Niño de Tordesillas
El chico de Tordesillas
Estamos más que acostumbrados a ver en el mundo del cine y la literatura fantástica muchos casos en los que se representan a los visitantes de otros planetas de un modo poco amistoso. Equipados con tecnología todavía imposible para nosotros, nos fulminan y nos paralizan con sus rayos cósmicos para después esfumarse ante nosotros a la velocidad de la luz. Y como suele suceder, la realidad suele superar a la ficción.
Existen muchos casos documentados de estas extrañas ”agresiones”, hoy, por lo extenso del tema, os dejo el más sonado en España en los últimos tiempos, el caso conocido como “El niño de Tordesillas”, que sacó a la luz Iker Jiménez hace unos años. En breve posteare sobre más casos en el mundo.
1 de Octubre de 1977. Tordesillas (Valladolid)
Un grupo de niños corretean y juegan en las afueras del pueblo. Están jugando al “bote la malla”, una variante del juego del escondite. Dos niños, Martín Rodríguez Rodríguez y Fernando Caravelos, ambos con siete años de edad, se alejan del grupo en busca de un refugio seguro en el que esconderse y se dirigen hacía un antiguo y semiderruido corral próximo a la carretera Valladolid-Zamora. El corral se encuentra en el linde de Tordesillas y ya está anocheciendo, un lugar solitario y alejado en el que los niños confían no ser encontrados por el “buscador” del juego en el que están inmersos.
El lugar es conocido por los niños y saben que en alguna ocasión alguna persona se ha refugiado en el corral por la noche. Por precaución, el pequeño Martín lanza una piedra sobre la tapia. Un sonido seco y metálico semejante “a la chapa de los automóviles cuando chocan” sonó al otro lado. El extraño sonido sorprendió a los dos niños, pues allí dentro tan solo había una antigua maquina de labranza en desuso y ambos sabían que el sonido que habían escuchado no pertenecía al golpe con dicha máquina.
Con precaución entraron al corral y la sorpresa fue mayúscula cuando, en un rincón del corral descubrieron un extraño artefacto parecido a “una gran lágrima de metal”, sostenido sobre tres gruesas patas, y envuelto en mil y un colores que llegaba a hacer visibles las vigas y recovecos de aquel corral sin techo…
El extraño artefacto:
El objeto medía unos 2.80 metros de alto por 1.95 metros de ancho y se encontraba posado en tierra emitiendo un sonido muy tenue. Tres ventanas circulares a modo de “ojos de buey” por las que surgía una luz muy parecida a los colores rosas y azulados de las pompas de jabón parecían escrutarlo desde la oscuridad. La forma de ovni, según los testigos (el testigo), era como una pera metálica o como el gorro típico de Semana Santa pero más ancho por su base. Las patas, aferradas al suelo, tenían una serie de líneas en zigzag que las recorrían de arriba abajo. En pleno centro de su estructura, una puerta dividida en dos como las de los ascensores, se dibujaba cerrada y con un color metálico brillante. Asimismo, y en el lateral derecho, una especie de tobera formada por varios cilindros sobresalía envuelta en una especie de vapor condensado. Al elevarse también pudieron observar unos pinchos en la base de las patas.
La agresión:
Tras unos instantes, el objeto comenzó a elevarse con un movimiento de balanceo. Fernando saltó hacia atrás a la desesperada e intento agarrar a Martín para apartarlo de un halo de luz que surgía del centro del objeto. Pero no pudo hacerlo. El muchacho había quedado atravesado por un haz fino y semejante “a las líneas de luz solar que se ven a través de las persianas” que cruzaba la estancia y le traspasaba el abdomen. Fernando, visiblemente asustado, intentó una y otra vez “quitar los rayos” del cuerpo de su amigo, pero fue en vano. Salió al exterior gritando para avisar a los demás. En el interior del corral, Martín seguía con las manos aferradas al estómago, pero sin poder zafarse de una daga de luz que lo mantenía allí sujeto.
“La sensación que tuve fue que algo se me metía en el interior de la tripa. Algo que me dejaba enganchado sin permitir moverme adelante ni atrás. Fue entonces cuando comencé a marearme y a sentir que se me iba el sentido. Esa fue la última imagen que tuve, Creo que caí hacia atrás al tiempo que aquello aceleraba recto y en vertical hacia el cielo mientras las patas se metían dentro del aparato.”
Pocos minutos después, Fernando y el resto de niños que habían acudido tras los gritos de alerta, llevaban en volandas a Martín hasta su domicilio en estado semiinconsciente. No podía articular palabra, su color se había vuelto amarillento y tenía las pupilas completamente dilatadas.
El padre de Martín, tras escuchar lo sucedido, supuestamente por Fernando, acude junto con un amigo al corral donde encontraría tres huellas humeantes en posición triangular y un círculo donde la tierra parecía haber sido abrasada. Llenaron una bolsa de plástico con la tierra ennegrecida y volvieron a casa.
(Un posterior estudio de la tierra por parte de Iker Jiménez, veinte años después del suceso, arrojaría el dato de que la tierra estuvo sometida a 600º, sin más datos relevantes.)
Las consecuencias:
Tras los hechos relatados, el pequeño Martín, que hasta entonces había gozado de una salud estupenda, comienza a encontrarse mal. Sufre de dolores estomacales, vómitos y mareos, perdidas de visión…
Tras unas primeras observaciones por los médicos de Tordesillas, Martín es ingresado en el hospital Onésimo Redondo de Valladolid. En este punto comienza una verdadera odisea donde la vida del Martín Rodríguez Rodríguez pende de un hilo en varias ocasiones. En pocos años sufrirá catorce operaciones, las recaídas y las entradas al hospital en estado de coma se convertirán en algo rutinario para él y su familia.
” En el colegio se llegó a hacer una colecta para comprarme flores. Cada niño puso cinco duros. Cuando llegué a Tordesillas me di cuenta de que me habían hecho una mortaja. Aquello no se puede olvidar. lo que ocurre es que había vuelto a salvarme… y esta vez nadie lo esperaba. Todos me daban por muerto…”
Increíblemente, Martín se sobrepuso a todas las operaciones. Trece de ellas a modo de trepanación, abriendo su cráneo para controlar el sistema valvular artificial que le pusieron tras diagnosticarle “estenosis a nivel del acueducto de su tercio superior” (Hidrocefalia). La infancia de Martín transcurrió entre vendajes y heridas, con el paso de los años superó la enfermedad aunque todavía hoy en día sufre las consecuencias de tan delicadas operaciones, pero hace una vida normal.
El lugar es conocido por los niños y saben que en alguna ocasión alguna persona se ha refugiado en el corral por la noche. Por precaución, el pequeño Martín lanza una piedra sobre la tapia. Un sonido seco y metálico semejante “a la chapa de los automóviles cuando chocan” sonó al otro lado. El extraño sonido sorprendió a los dos niños, pues allí dentro tan solo había una antigua maquina de labranza en desuso y ambos sabían que el sonido que habían escuchado no pertenecía al golpe con dicha máquina.
Con precaución entraron al corral y la sorpresa fue mayúscula cuando, en un rincón del corral descubrieron un extraño artefacto parecido a “una gran lágrima de metal”, sostenido sobre tres gruesas patas, y envuelto en mil y un colores que llegaba a hacer visibles las vigas y recovecos de aquel corral sin techo…
El extraño artefacto:
El objeto medía unos 2.80 metros de alto por 1.95 metros de ancho y se encontraba posado en tierra emitiendo un sonido muy tenue. Tres ventanas circulares a modo de “ojos de buey” por las que surgía una luz muy parecida a los colores rosas y azulados de las pompas de jabón parecían escrutarlo desde la oscuridad. La forma de ovni, según los testigos (el testigo), era como una pera metálica o como el gorro típico de Semana Santa pero más ancho por su base. Las patas, aferradas al suelo, tenían una serie de líneas en zigzag que las recorrían de arriba abajo. En pleno centro de su estructura, una puerta dividida en dos como las de los ascensores, se dibujaba cerrada y con un color metálico brillante. Asimismo, y en el lateral derecho, una especie de tobera formada por varios cilindros sobresalía envuelta en una especie de vapor condensado. Al elevarse también pudieron observar unos pinchos en la base de las patas.
La agresión:
Tras unos instantes, el objeto comenzó a elevarse con un movimiento de balanceo. Fernando saltó hacia atrás a la desesperada e intento agarrar a Martín para apartarlo de un halo de luz que surgía del centro del objeto. Pero no pudo hacerlo. El muchacho había quedado atravesado por un haz fino y semejante “a las líneas de luz solar que se ven a través de las persianas” que cruzaba la estancia y le traspasaba el abdomen. Fernando, visiblemente asustado, intentó una y otra vez “quitar los rayos” del cuerpo de su amigo, pero fue en vano. Salió al exterior gritando para avisar a los demás. En el interior del corral, Martín seguía con las manos aferradas al estómago, pero sin poder zafarse de una daga de luz que lo mantenía allí sujeto.
“La sensación que tuve fue que algo se me metía en el interior de la tripa. Algo que me dejaba enganchado sin permitir moverme adelante ni atrás. Fue entonces cuando comencé a marearme y a sentir que se me iba el sentido. Esa fue la última imagen que tuve, Creo que caí hacia atrás al tiempo que aquello aceleraba recto y en vertical hacia el cielo mientras las patas se metían dentro del aparato.”
Pocos minutos después, Fernando y el resto de niños que habían acudido tras los gritos de alerta, llevaban en volandas a Martín hasta su domicilio en estado semiinconsciente. No podía articular palabra, su color se había vuelto amarillento y tenía las pupilas completamente dilatadas.
El padre de Martín, tras escuchar lo sucedido, supuestamente por Fernando, acude junto con un amigo al corral donde encontraría tres huellas humeantes en posición triangular y un círculo donde la tierra parecía haber sido abrasada. Llenaron una bolsa de plástico con la tierra ennegrecida y volvieron a casa.
(Un posterior estudio de la tierra por parte de Iker Jiménez, veinte años después del suceso, arrojaría el dato de que la tierra estuvo sometida a 600º, sin más datos relevantes.)
Las consecuencias:
Tras los hechos relatados, el pequeño Martín, que hasta entonces había gozado de una salud estupenda, comienza a encontrarse mal. Sufre de dolores estomacales, vómitos y mareos, perdidas de visión…
Tras unas primeras observaciones por los médicos de Tordesillas, Martín es ingresado en el hospital Onésimo Redondo de Valladolid. En este punto comienza una verdadera odisea donde la vida del Martín Rodríguez Rodríguez pende de un hilo en varias ocasiones. En pocos años sufrirá catorce operaciones, las recaídas y las entradas al hospital en estado de coma se convertirán en algo rutinario para él y su familia.
” En el colegio se llegó a hacer una colecta para comprarme flores. Cada niño puso cinco duros. Cuando llegué a Tordesillas me di cuenta de que me habían hecho una mortaja. Aquello no se puede olvidar. lo que ocurre es que había vuelto a salvarme… y esta vez nadie lo esperaba. Todos me daban por muerto…”
Increíblemente, Martín se sobrepuso a todas las operaciones. Trece de ellas a modo de trepanación, abriendo su cráneo para controlar el sistema valvular artificial que le pusieron tras diagnosticarle “estenosis a nivel del acueducto de su tercio superior” (Hidrocefalia). La infancia de Martín transcurrió entre vendajes y heridas, con el paso de los años superó la enfermedad aunque todavía hoy en día sufre las consecuencias de tan delicadas operaciones, pero hace una vida normal.
miércoles, 19 de marzo de 2014
OVNI, Caso Manises 1979
El famoso ‘caso Manises’, uno de los fenómenos clásicos de la historia de la ufología española, se produjo el 11 de noviembre del año 1979. Un avión ‘Super Caravelle’ de la compañía TAE, que con 109 pasajeros a bordo cubría la ruta Palma de Mallorca-Tenerife, hizo un aterrizaje de emergencia en nuestro aeropuerto tras ser “seguido” o “perseguido” por un ovni, un objeto volante que nunca ha sido identificado.
Al parecer, un objeto obligó a realizar un aterrizaje de emergencia a un avión comercial de la extinta compañía TAE (vuelo TAE-297) y posteriormente obligó a la salida en Scramble de interceptación de un Mirage F1 del Ejercito del Aire Español.
Todo comenzó cuando el avión Supercaravelle con 109 pasajeros a bordo, realizando el trayecto Austria – Tenerife, despegó de su escala en Palma de Mallorca. Fue entonces cuando se empezaron a recibir señales de radio por el canal 121.5 Mhz (canal destinado a señales SOS) que no se correspondían con el código Morse. Dada la extrañeza de esta señal, el piloto del vuelo Francisco Javier Lerdó de Tejada, con mas de 14 años de experiencia, consulta con la Torre de Control y le confirman que el Servicio de Alerta y Rescate de Madrid también está recibiendo esta extraña señal y que proviene de 40 millas al Noroeste de Valencia, un punto que se encuentra en plena trayectoria de vuelo del Supercaravelle de la TAE.
El comandante decide entonces apagar las luces para prestar mayor atención al exterior, y es cuando el mecánico del vuelo, Francisco Javier Rodríguez ve unas extrañas luces rojas a la izquierda del avión. El comandante inicia entonces comunicación con el centro de control de Barcelona.
Si han escuchado la anterior grabación se habrán percatado de que estas luces rojas estaban persiguiendo al vuelo TAE-297, hecho que no pudieron confirmar desde el radar, pero sí que fue observado por personal de tierra mediante prismáticos. Es entonces cuando queda constatado el pánico tanto del comandante Lerdó de Tejada, como del personal de Control de Tráfico Aéreo.
Desde el Radar Militar de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) no registraban ninguna señal ni vuelo desconocido, sin embargo, sobre las 00:42 de la madrugada sonó la sirena de Scramble en la base de Los Llanos (Albacete), y un Mirage F1 pilotado por el capitán Fernando Cámara despegaba en misión de interceptación, pero sin información acerca de los incidentes previos con el TAE-297. Nada más empezar a sobrevolar Valencia, el capitán Fernando Cámara empieza a escuchar la señal por el canal de emergencia y a divisar las luces rojas. Después de estar persiguiendo estas luces durante 1 hora y media, tiene que aterrizar al comprobar que ya no dispone de combustible.
El expediente desclasificado por el Mando Operativo Aéreo del Ejercito del Aire Español, concluye que los objetos eran de naturaleza desconocida y que pudieron deberse a ilusiones ópticas de los pilotos.
Estas son declaraciones del Capitán Fernando Cámara en la que describe su misión y sus impresiones personales de los hechos. Juzguen ustedes.
https://www.youtube.com/watch?v=Zq-VbZQ0C4E
https://www.youtube.com/watch?v=Zq-VbZQ0C4E
lunes, 17 de marzo de 2014
Los Misterios de Las Hurdes.
El duende de Ladrillar
Luces que matan
Últimos días de febrero de 1907, El Ladrillar, pequeña aldea ubicada en lo más profundo de las Hurdes extremeñas. Al caer la noche, unos gritos guturales resuenan por las callejuelas empedradas. La gente corre a encerrarse en sus casas y tan apenas unos pocos se atreven a observar tras los empañados cristales, como un extraño y pequeño ser de extremidades cortas y cabeza desproporcionada, se pasea sin rubor flotando en el aire por las afueras del pueblo, acompañado por dos pequeñas luminarias.
Estos hechos, que ahora os contaré con más detalle, pueden parecer a priori el argumento de una película de serie B de los años setenta, pero tales sucesos fueron reales, y así quedaron registrados en diversas actas oficiales de la época por vía del párroco Isaac Gutiérrez, que semanas después de vivir en primera persona estos insólitos hechos, los relató a viva voz en el primer congreso de Hurdanofilos celebrado ese mismo año en Plasencia, ante toda una cohorte de personajes acaudalados e influyentes y ante el mismísimo obispo de Cáceres y Coria.
Hasta hace unas décadas, los testimonios de los ancianos que vivieron los acontecimientos de aquellos 26,27 y 28 de febrero, respaldaban con gran exactitud los legajos con el testimonio del párroco, que se conservan todavía en el Archivo Episcopal de Cáceres. También se conserva el acta de defunción de la pequeña María Encarnación Martín, que señala que el óbito se había producido por causas absolutamente desconocidas, y que cayó fulminada ante el fulgor de una de las luminarias que acompañaban al que, desde entonces, se conoce como “el duende de Ladrillar”.
El duende apareció un día sin aviso previo, en las cercanías del cementerio de la pedanía y lo volvió a hacer durante los dos días posteriores para desaparecer sin dejar huella y no volver jamás. Según Isaac Gutiérrez, “el duende vestía ropajes ceñidos y oscuros enfundados en un menudo cuerpo, la cabeza era desproporcionada por lo grande, y las extremidades cortas”. Descripción que a todos nos puede sonar hoy en día a los típicos encuentros con personajes supuestamente de origen extraterrestre, pero que en aquellos tiempos todavía era un concepto completamente desconocido, y todavía más para unas tierras como las Hurdes, aisladas del mundo y completamente ignorantes en estos aspectos.
Serafina Bejarano Rubio, que vivió aquellos sucesos cuando tenía 9 años, lo relataba del siguiente modo: “Yo tendría nueve años. Y todo lo recuerdo perfectamente como si hubiera pasado hoy. Fueron tres días los que se apareció aquel “tío”. Venía volando, a no mucha altura y perseguido de dos luminarias redonditas y fueres. Casi nunca hacía ruido, pero a veces gritaba…, era como un “uuuua, uuuuua” que nos ponía de miedo. La gente se arrejuntaba en aquella placilla de abajo y veíamos cómo aquel demonio flotaba hasta esa arboleda de ahí enfrente. Uno de los días llegó a aposarse muy cerca del cementerio. Daba como un “rivoloteo en el aire” y volvía otra vez para una casa de allí. Estábamos muy asustados… todos le teníamos miedo. Luego hubo un día que no volvió más y por eso se quedó lo del duende. Dicen que el cura lo expulsó, que llegó a pelearse con él. Pero eso ya no lo sé. Iba vestido de negro y era chiquito, chiquito… parecido igual a un mono. Yo tenía nueve años… pero nunca podré olvidarlo”.
En otro momento, según cuentan las actas, una de las luminarias que acompañaban al llamado duende sobrevoló a un grupo de chiquillos entre los que se encontraba la misma Serafina Bejarano. El párroco siguió la escena desde el pórtico de la iglesia y observó, al igual que multitud de asustados vecinos, cómo una jovencita de tan sólo cinco años caía al suelo de modo fulminante. La pequeña María Encarnación moría días después del suceso, el 2 de marzo, sin que nada se pudiese hacer por salvarla y sin una causa concreta o conocida para su muerte.
¿Que ocurrió realmente durante aquellos tres lejanos días de 1907? Los más escépticos opinarán que todo esto no son más que cuentos de viejas, otros dirán que algo sucedió pero que se ha sacado de contexto. En este aspecto se puede leer en algunos sitios que el supuesto duende no fue más que un pájaro negro, un cuervo posiblemente quizás de un tamaño más grande de lo normal y que merodeó por aquel pueblo durante los mencionados días, a la aparición de este pájaro se le atribuiría la mala suerte que corría el pueblo y la elevada mortandad que sufrían sus gentes. Con el tiempo, la historia habría degenerado en lo relatado más arriba. Es posible, quien sabe… lo único cierto es que algo sucedió en el Ladrillar y aquí os he contado lo que por tradición oral o escrita ha quedado de todo ello. A partir de aquí, cada uno puede sacar sus propias conclusiones.
Estaría bien situarnos un poco en el espacio y en el tiempo en los que sucedieron estos y muchos otros acontecimientos misteriosos en éste inhóspito rincón de la España profunda. Hoy en día, los 600 kilómetros cuadrados que conformaron el “país hurdano”, territorio situado a caballo la provincia de Cáceres y Salamanca, han dado un giro radical en todos los aspectos y para mí personalmente, es una de las zonas más bellas de España. Pero durante muchísimos años, esta zona fue considerada por muchos, (algunos que jamás llegaron a pisarla), como la representación más fiel del infierno en la tierra.
La primera referencia histórica de las Hurdes puede encontrarse siglo XVII en la obra “Curiosa Philosophiae” (”Curiosa filosofía”) del filósofo jesuita Juan Eusebio Nieremeberg, más conocido como el Padre Nieremberg. Éste describió Las Hurdes en los términos desoladores: “Existe en este reino un áspero valle infestado de demonios, un lugar que los pastores creen habitados por salvajes; gente ni vista ni oída, de lengua y usos distintos a los nuestros. Son hombres y mujeres que andan desnudos pensando ser solos en la tier
En 1907, el antropólogo francés Maurice Legendre se instaló entre los hurdanos para escribir su célebre obra “Etude de geographic humaine” (”Estudio de la geografía humana”), un trabajo de investigación que llevó la miseria y la desolación de los hurdanos a los ojos del público mundial en 1909. Desde entonces, decenas de investigadores acudieron a la desconocida región para estudiar aquellos tristes seres desnutridos y abandonados en las agrestes tierras extremeñas.
Así contaba por ejemplo Georges Borrow, en su “La Biblia en España” del año 1921: “No hay tierra como ésta. Tiene sus secretos y sus misterios. Muchos se han perdido en ella y no han vuelto a saberse su paradero. Cuentan que en ciertas lagunas existen horribles monstruos y que en los ásperos valles sólo alumbra el sol a mediodía, reinando las tinieblas el resto de la jornada”.
Vicente Barrantes, explorador extremeño que recorrió las cuarenta alquerías que conformaban las Hurdes, dijo a su vuelta: “En los lugares de acceso a las alquerías cortan el camino los hurdanos. Desnutridos y harapientos, con mirada fija en el suelo, acaban huyendo de modo espantoso, brincando entre los riscos con la agilidad propia de las cabras por mucha que sea su edad. Otros, los más, se retiran asustados a sus inmundos cobertizos, guardando silencio ante la llegada del forastero. Nadie sabe qué edad tiene, ni muchos cuál es su familia. Si así se presentan en los albores del siglo XX ¿Cómo lo harían en 1600?“.
En 1922, el rey Alfonso XIII viajó a Las Hurdes para vivir en su propia piel la desgracia humana. Su visita trajo consigo la puesta en marcha del Patronato de Las Hurdes, destinado a llevar la modernidad a aquel recóndito lugar en ruinas.
En 1933 llegaría el polémico documental de Buñuel “Las Hurdes, tierra sin pan”, censurado en España y cuyas estremecedoras imágenes conmovieron al mundo e indignaron a cientos de hurdanos. Y es que parece ser que el director de cine aragonés no se contentó con reflejar la triste realidad de la comarca, sino que se valió de cuestionables estrategias para incrementar el impacto visual y humano de su trabajo. Una de las escenas más conocidas refleja un asno despeñándose por un escarpado precipicio. Lo que ante ojos de muchos espectadores pudo parecer un accidente, en realidad fue un hábil montaje del director cuya víctima fue el indefenso burro: lo abatieron de un disparo cuando se encontraba al borde del acantilado.
Por suerte, esta estampa que es cosa del pasado y tan solo lo más viejos recuerdan las penurias que pasaron en esta tierra de pizarrales, convertida hoy viñedos y tierras de buen ganado. Pero lo que si que perdura de aquellos tiempos son las decenas de leyendas sobre luces misteriosas y aparecidos, sobre maldiciones y encuentros con personajes siniestros y terroríficos y que os iré desvelando en sucesivos posts. No en vano, este territorio ha estado ocupado desde hace más de 5000 años por diferentes pueblos y culturas, y buenas muestra de ello son los numerosos restos arqueológicos en los que antiguas culturas dejaron su huella inscrita en piedra, enigmáticas runas e inquietantes figuras de aspecto humanoide que todavía encierran muchos secretos por desvelar.
El espanto del Rubiaco
www.youtube.com/watch?v=3ZwtES-rBYU
Las Hurdes lugar lleno de misterios y espantos, es una pequeña comarca al norte de la provincia de Cáceres, Extremadura en España. Una zona de montaña y bosques que esconden todo tipo de leyendas y misterios los cuales se han pasado de una generación a otra con la intención que las gentes de este lugar y descendientes estuvieran al corriente de los fenómenos paranormales que ocurren en esta pequeña región del norte de Extremadura. Son muchas las leyendas y misterios de diversos municipios que están inmersas en las Hurdes. También los municipios cercanos colindantes a la comarca han experimentado en mayor o menor medida algunos fenómenos paranormales de difícil explicación. Las Hurdes fue uno de los lugares mas pobres de España sobretodo a principios del siglo XX, pero es muy rico en lo referente a misterios que abarcan todo tipo de fenómenos paranormales y historias de duendes, brujas, sombras errantes, apariciones de todo tipo, avistamientos ovni, luces extrañas y todo lo que te puedas imaginar. Existen casos de posesiones demoniacas en alguna casa y rituales poco recomendables con un final trágico.
Las historias contadas por los abuelos no dejan indiferentes a los que las escuchan, siempre que el abuelo decida contar su experiencia ya que nunca hablo de lo ocurrido por temor a no ser creído.
Las historias en el pasado son muchas y en la actualidad todavía suceden fenómenos inexplicables por esta región pero las personas que tienen algún tipo de aparición en muchos casos prefieren callarselas para que no les den por loco. Son de conocimiento de los lugareños los espantos de la noche, un fenómeno contado por algunos y que se pasado entre generaciones.
Si tuvieramos que explicar todos los misterios, leyendas, apariciones, fenómenos paranormales y avistamientos ovni de las Hurdes necesitariamos mucho tiempo y es algo que en ocasiones nos falta para profundizar mas en estos misterios, pero para no dejar indiferente a nadie lo mejor es un vídeo reportaje presentado por Iker Jimenez presentador del programa Cuarto Milenio y su equipo de producción, que recrean lo sucedido una noche de 1947 en las Hurdes, mas concretamente esta historia procede del pueblo del Rubiaco Extremadura, en la que se lleva escuchando las apariciones de los allí conocidos como espantos.
La esfera Luminosa
Una extraña esfera de luz sobrevolaba los cielos de Las Hurdes en la noche del jueves 18 de agosto de 2005 en la carretera dirección a la localidad cacereña de La Pesga entre las 23:30 y 00:30. Las fotografías fueron tomadas desde el móvil de mi propio padre, de ahí el motivo de ésta investigación, que fue distribuidor de hielo de la empresa Hielos Méndez en Montehermoso (Cáceres), donde esa noche efectuaba su ronda para abastecer de cubitos y barras a los bares de la zona con motivo de sus fiestas patronales. El testigo asegura que la luz estaba a unos 10 metros del vehículo cuando se dispuso a fotografiar el objeto luminiscente. La esfera describía extraños movimientos de rotación, alejamiento y aproximación al vehículo con un haz de luz superior a la emitida por los faros del propio vehículo, asegurando que notaba que la luminaria le seguía, como si tuviera cierta inteligencia o consciencia.
Según el análisis que he realizado de las fotografías (res. 240x320 desde un Sharp GX25) observamos que el objeto parece más lejano de lo que decía el testigo, esto es debido a que el objetivo / lente del móvil es casi milimétrico, la resolución es baja, no se dispone de flash y está tomada desde el interior del vehículo a través del cristal por lo que se pueden observar los reflejos del objeto en las ventanillas o en la luna delantera.
Claramente se observa a cierta altura (¿distancia de seguridad de la esfera de luz?) una esfera luminiscente de luz blanca muy intensa teniendo en cuenta que se trata de una forma pequeña, observándose también el rastro de luz que deja el movimiento tanto del objeto como del que realizaba las fotografías.
Según varios testigos y habitantes de pueblos de Las Hurdes coinciden en haber observado una esfera de luz similar a la que ha fotografiado mi padre en las inmediaciones de Pinofranqueado, Cambroncino, La Pesga, Vegas de Coria, Caminomorisco, etc.
Al parecer, abundan las narraciones de gente perseguida por estas extrañas luces, en casi cualquier alquería de las Hurdes existe una historia referente al tema. Entre las muchas he elegido la protagonizada por Manuel Guillermo y que tuvo como escenario las postrimerías del pueblo de La Huerta.
Ocurrió en el año 1950, desconozco el mes, cuando el anteriormente mencionado Manuel Guillermo fue perseguido por una esfera con un pico prominente en su parte superior y emitiendo flashazos de una luz tan potente que se filtraba por todos los rincones de los pinos que jalonan el monte de Horcajo.
La extraña luz sorteaba uno a uno los recios pinares dirigiéndose hacia el cuerpo de Manuel y lo persiguió durante largo rato. Un vecino de Manuel se lo encontró corriendo ladera abajo y apenas tuvo tiempo de preguntarle. La esfera venía detrás emitiendo un zumbido intenso, a unos dos metros del suelo. Los persiguió hasta un pequeño valle verde bautizado hoy en día como "Peña de la Covella". Después desapareció misteriosamente quedando en el aire un halo azulado. Los dos hombres se quedaron temblorosos intentando explicar lo que acababan de experimentar. Ni los pastos, ni los troncos, ni las ramas de los pinos se habían quemado.
Otro hecho insólito tuvo lugar en fechas mucho más próximas, en la última semana de julio del año 1982. En el pueblo de El Gasco en pleno mediodía y con un calor extremo, casi la práctica totalidad de los vecinos del pueblo se vieron sorprendidos por un sonido que provenía del cielo. Todos empezaron a mirar hacia arriba y allí vieron una figura redonda de unos dos metros de largo y toda blanca. Aquello iba bajando sobre el pueblo y las gentes se asustaron mucho. Un brillo muy suave salía del interior de aquella cosa. No vieron en momento alguno algo que pudiera parecerse a la puerta o ventanillas de un avión. Pasado un tiempo y tras emitir grandes haces de luz que hacían daño a la vista, la extraña luz desapareció a toda velocidad llevándose tras de ella su misterioso ruído parecido a un "bu, bu, bu".
Muchos pastores se han encontrado por la zona de Cambroncino y Caminomorisco objetos parecidos a una hoja de árbol que iban de un lado a otro y emitían una luz iridiscente
.Otro lugareño de testigo: Carlos Martín Domínguez:
«Caminaba yo a las tres o cuatro de la mañana por un sendero cerca de donde estamos ahora; venía de visitar a mi novia, que vivía en otro pueblo.
Esto sucedió allá por el año 1967. Recuerdo que de pronto apareció en el cielo como una estrella grande que iluminó todo. Se veía mejor que de día. Al final se escondió detrás de una montaña a una velocidad increíble; aquello fue muy extraño, todavía hoy no le encuentro explicación».
En la aldea de La Huerta, también en la región hurdana, Francisco Hernández Martín, músico de 73 años «¿Véis ese cerro de ahí?», dijo señalándolo. «Pues un día, hace ya tiempo, mi hija vio desde el primer piso de esta casa una luz que daba un resplandor enorme.
Ella me avisó para que yo también pudiera ver aquello. Luego vinieron más vecinos que también fueron testigos. El caso es que la luz pegó un salto y se puso encima de otra montaña; allí estuvo parada bastante tiempo hasta que se quedó medio apagada. Nos cansamos y ya no le hicimos más caso; nos fuimos a la cama».
De momento todo sigue siendo un misterio, luces que se aproximan a vehículos en movimiento y en la mayoría de las ocasiones se produce de noche. Se pueden exponer diversas teorías de que se pudiera tratar de una ionización de la atmósfera que a la bajada de temperaturas de la noche pudiesen hacer alguna reacción fotocinética o eléctrica impulsada por la brisa, pero esta teoría es poco clara ya que lo extraño es que en ocasiones, el movimiento que describe el objeto luminiscente no va en relación con las variaciones ni direcciones del viento en las ocasiones que se han observado ni están presentes tendidos eléctricos por donde pudiese “deslizarse” dicha luminaria (según testigos presenciales).
En 1933 llegaría el polémico documental de Buñuel “Las Hurdes, tierra sin pan”, censurado en España y cuyas estremecedoras imágenes conmovieron al mundo e indignaron a cientos de hurdanos. Y es que parece ser que el director de cine aragonés no se contentó con reflejar la triste realidad de la comarca, sino que se valió de cuestionables estrategias para incrementar el impacto visual y humano de su trabajo. Una de las escenas más conocidas refleja un asno despeñándose por un escarpado precipicio. Lo que ante ojos de muchos espectadores pudo parecer un accidente, en realidad fue un hábil montaje del director cuya víctima fue el indefenso burro: lo abatieron de un disparo cuando se encontraba al borde del acantilado.
Por suerte, esta estampa que es cosa del pasado y tan solo lo más viejos recuerdan las penurias que pasaron en esta tierra de pizarrales, convertida hoy viñedos y tierras de buen ganado. Pero lo que si que perdura de aquellos tiempos son las decenas de leyendas sobre luces misteriosas y aparecidos, sobre maldiciones y encuentros con personajes siniestros y terroríficos y que os iré desvelando en sucesivos posts. No en vano, este territorio ha estado ocupado desde hace más de 5000 años por diferentes pueblos y culturas, y buenas muestra de ello son los numerosos restos arqueológicos en los que antiguas culturas dejaron su huella inscrita en piedra, enigmáticas runas e inquietantes figuras de aspecto humanoide que todavía encierran muchos secretos por desvelar.
El espanto del Rubiaco
www.youtube.com/watch?v=3ZwtES-rBYU
Las Hurdes lugar lleno de misterios y espantos, es una pequeña comarca al norte de la provincia de Cáceres, Extremadura en España. Una zona de montaña y bosques que esconden todo tipo de leyendas y misterios los cuales se han pasado de una generación a otra con la intención que las gentes de este lugar y descendientes estuvieran al corriente de los fenómenos paranormales que ocurren en esta pequeña región del norte de Extremadura. Son muchas las leyendas y misterios de diversos municipios que están inmersas en las Hurdes. También los municipios cercanos colindantes a la comarca han experimentado en mayor o menor medida algunos fenómenos paranormales de difícil explicación. Las Hurdes fue uno de los lugares mas pobres de España sobretodo a principios del siglo XX, pero es muy rico en lo referente a misterios que abarcan todo tipo de fenómenos paranormales y historias de duendes, brujas, sombras errantes, apariciones de todo tipo, avistamientos ovni, luces extrañas y todo lo que te puedas imaginar. Existen casos de posesiones demoniacas en alguna casa y rituales poco recomendables con un final trágico.
Las historias contadas por los abuelos no dejan indiferentes a los que las escuchan, siempre que el abuelo decida contar su experiencia ya que nunca hablo de lo ocurrido por temor a no ser creído.
Las historias en el pasado son muchas y en la actualidad todavía suceden fenómenos inexplicables por esta región pero las personas que tienen algún tipo de aparición en muchos casos prefieren callarselas para que no les den por loco. Son de conocimiento de los lugareños los espantos de la noche, un fenómeno contado por algunos y que se pasado entre generaciones.
Si tuvieramos que explicar todos los misterios, leyendas, apariciones, fenómenos paranormales y avistamientos ovni de las Hurdes necesitariamos mucho tiempo y es algo que en ocasiones nos falta para profundizar mas en estos misterios, pero para no dejar indiferente a nadie lo mejor es un vídeo reportaje presentado por Iker Jimenez presentador del programa Cuarto Milenio y su equipo de producción, que recrean lo sucedido una noche de 1947 en las Hurdes, mas concretamente esta historia procede del pueblo del Rubiaco Extremadura, en la que se lleva escuchando las apariciones de los allí conocidos como espantos.
La esfera Luminosa
Una extraña esfera de luz sobrevolaba los cielos de Las Hurdes en la noche del jueves 18 de agosto de 2005 en la carretera dirección a la localidad cacereña de La Pesga entre las 23:30 y 00:30. Las fotografías fueron tomadas desde el móvil de mi propio padre, de ahí el motivo de ésta investigación, que fue distribuidor de hielo de la empresa Hielos Méndez en Montehermoso (Cáceres), donde esa noche efectuaba su ronda para abastecer de cubitos y barras a los bares de la zona con motivo de sus fiestas patronales. El testigo asegura que la luz estaba a unos 10 metros del vehículo cuando se dispuso a fotografiar el objeto luminiscente. La esfera describía extraños movimientos de rotación, alejamiento y aproximación al vehículo con un haz de luz superior a la emitida por los faros del propio vehículo, asegurando que notaba que la luminaria le seguía, como si tuviera cierta inteligencia o consciencia.
Según el análisis que he realizado de las fotografías (res. 240x320 desde un Sharp GX25) observamos que el objeto parece más lejano de lo que decía el testigo, esto es debido a que el objetivo / lente del móvil es casi milimétrico, la resolución es baja, no se dispone de flash y está tomada desde el interior del vehículo a través del cristal por lo que se pueden observar los reflejos del objeto en las ventanillas o en la luna delantera.
Claramente se observa a cierta altura (¿distancia de seguridad de la esfera de luz?) una esfera luminiscente de luz blanca muy intensa teniendo en cuenta que se trata de una forma pequeña, observándose también el rastro de luz que deja el movimiento tanto del objeto como del que realizaba las fotografías.
Según varios testigos y habitantes de pueblos de Las Hurdes coinciden en haber observado una esfera de luz similar a la que ha fotografiado mi padre en las inmediaciones de Pinofranqueado, Cambroncino, La Pesga, Vegas de Coria, Caminomorisco, etc.
Al parecer, abundan las narraciones de gente perseguida por estas extrañas luces, en casi cualquier alquería de las Hurdes existe una historia referente al tema. Entre las muchas he elegido la protagonizada por Manuel Guillermo y que tuvo como escenario las postrimerías del pueblo de La Huerta.
Ocurrió en el año 1950, desconozco el mes, cuando el anteriormente mencionado Manuel Guillermo fue perseguido por una esfera con un pico prominente en su parte superior y emitiendo flashazos de una luz tan potente que se filtraba por todos los rincones de los pinos que jalonan el monte de Horcajo.
La extraña luz sorteaba uno a uno los recios pinares dirigiéndose hacia el cuerpo de Manuel y lo persiguió durante largo rato. Un vecino de Manuel se lo encontró corriendo ladera abajo y apenas tuvo tiempo de preguntarle. La esfera venía detrás emitiendo un zumbido intenso, a unos dos metros del suelo. Los persiguió hasta un pequeño valle verde bautizado hoy en día como "Peña de la Covella". Después desapareció misteriosamente quedando en el aire un halo azulado. Los dos hombres se quedaron temblorosos intentando explicar lo que acababan de experimentar. Ni los pastos, ni los troncos, ni las ramas de los pinos se habían quemado.
Otro hecho insólito tuvo lugar en fechas mucho más próximas, en la última semana de julio del año 1982. En el pueblo de El Gasco en pleno mediodía y con un calor extremo, casi la práctica totalidad de los vecinos del pueblo se vieron sorprendidos por un sonido que provenía del cielo. Todos empezaron a mirar hacia arriba y allí vieron una figura redonda de unos dos metros de largo y toda blanca. Aquello iba bajando sobre el pueblo y las gentes se asustaron mucho. Un brillo muy suave salía del interior de aquella cosa. No vieron en momento alguno algo que pudiera parecerse a la puerta o ventanillas de un avión. Pasado un tiempo y tras emitir grandes haces de luz que hacían daño a la vista, la extraña luz desapareció a toda velocidad llevándose tras de ella su misterioso ruído parecido a un "bu, bu, bu".
Muchos pastores se han encontrado por la zona de Cambroncino y Caminomorisco objetos parecidos a una hoja de árbol que iban de un lado a otro y emitían una luz iridiscente
.Otro lugareño de testigo: Carlos Martín Domínguez:
«Caminaba yo a las tres o cuatro de la mañana por un sendero cerca de donde estamos ahora; venía de visitar a mi novia, que vivía en otro pueblo.
Esto sucedió allá por el año 1967. Recuerdo que de pronto apareció en el cielo como una estrella grande que iluminó todo. Se veía mejor que de día. Al final se escondió detrás de una montaña a una velocidad increíble; aquello fue muy extraño, todavía hoy no le encuentro explicación».
En la aldea de La Huerta, también en la región hurdana, Francisco Hernández Martín, músico de 73 años «¿Véis ese cerro de ahí?», dijo señalándolo. «Pues un día, hace ya tiempo, mi hija vio desde el primer piso de esta casa una luz que daba un resplandor enorme.
Ella me avisó para que yo también pudiera ver aquello. Luego vinieron más vecinos que también fueron testigos. El caso es que la luz pegó un salto y se puso encima de otra montaña; allí estuvo parada bastante tiempo hasta que se quedó medio apagada. Nos cansamos y ya no le hicimos más caso; nos fuimos a la cama».
De momento todo sigue siendo un misterio, luces que se aproximan a vehículos en movimiento y en la mayoría de las ocasiones se produce de noche. Se pueden exponer diversas teorías de que se pudiera tratar de una ionización de la atmósfera que a la bajada de temperaturas de la noche pudiesen hacer alguna reacción fotocinética o eléctrica impulsada por la brisa, pero esta teoría es poco clara ya que lo extraño es que en ocasiones, el movimiento que describe el objeto luminiscente no va en relación con las variaciones ni direcciones del viento en las ocasiones que se han observado ni están presentes tendidos eléctricos por donde pudiese “deslizarse” dicha luminaria (según testigos presenciales).
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